Inspiración:
Nombre femenino
Descubre los secretos para desatar tu creatividad y escribir sin límites.
Estímulo o lucidez repentina que siente una persona y que favorece la creatividad, la búsqueda de soluciones a un problema, la concepción de ideas que permiten emprender un proyecto, etc., especialmente la que siente el artista y que impulsa la creación de obras de arte.
Persona o cosa que favorece o estimula la creación artística.
Influencia que determina el estilo, la ideología o el modo de ser de algo, especialmente de una obra de arte u otra creación.
Musa:
Nombre femenino
Inspiración que siente el artista y que estimula o favorece la creación o la composición de obras de arte; esta inspiración suele representarse personificada.
Existen diversas manías, rutinas o rituales que escritores reputados han implementado o utilizan hoy día para ponerse en contacto con su musa interior y crear obras que transciendan a través del tiempo.
Algunas técnicas o manías:
Acostarse: Mark Twain, George Orwell, Edith Wharton, Woody Allen o Marcel Proust son algunos de los que utilizaron este método, que consiste en tumbarse en un sofá o cama por horas para ser visitados por las musas.
De pie: Hemingway, Charles Dickens, Virginia Woolf, Lewis Carroll, Philip Roth y otros. Escribir de pie no solo es favorable para la salud, sino que también acompañaban esta actividad con paseos donde infaliblemente conseguían encontrarse con la grata compañía de la musa.
Representar diálogos: Es una técnica utilizada por el guionista Aaron Sorkin, creador de "The West Wing" (conocida en español como "El ala oeste de la Casa Blanca") y "The Social Network". Consiste en representar los diálogos de sus personajes en voz alta. Esta práctica es realmente interesante, pues mientras representas los diálogos, nuevas ideas van fluyendo, resultando muy útil.
El cabalista: El rey de las cábalas a la hora de escribir y encontrar su musa era el escritor Charles Dickens, quien iniciaba con una serie de rituales específicos. Descubre los secretos para desatar tu creatividad y escribir sin límites con estos rituales:
Silencio total en su espacio de trabajo.
El escritorio debía estar junto a la ventana.
Sobre el escritorio debía encontrarse 7 objetos específicos:
Un jarrón con flores frescas.
Pluma y tarro de tinta.
Abrecartas.
Dos estatuillas de bronce.
Una bandeja con un conejo sobre ella (no sé si estaría vivo o muerto).
De cabeza: Una técnica algo extraña, pero que le funciona a Dan Brown, el escritor del best-seller "El código Da Vinci". Brown, que padece migrañas, acostumbra colgarse de cabeza por los tobillos, además de que esta práctica le ayuda con su concentración. Otra manía es la de parar cada hora para hacer flexiones y llevar la cuenta con un reloj de arena.
El demoledor: Este método es bastante drástico; pero en el caso del reconocido escritor Arthur Miller, consistía en que después de pasar toda la mañana escribiendo, se negaba a releer lo escrito y sometía su manuscrito a una devastación total, destrozando todo lo que no consideraba óptimo para su obra. Lo que lograba sobrevivir se convertía en material de calidad.
Estas son solo algunas manías, rituales y rutinas con las que quizás te identifiques o que quizás ya practicas. No te preocupes, todo genio tiene sus mañas.
Antes de concluir esta colección, quiero compartir la mía. Aún no he escrito una obra maestra, pero quién sabe, quizás te ayude si no tienes ninguna o piensas adquirir alguna. Me armo de mis audífonos, y con una amplia colección de sonidos de lluvia, melodías de piano, flautas, guitarra y hasta viento soplando mágicamente entre los árboles. Mi arma secreta es el inconfundible sonido de las olas del mar rompiendo contra las rocas, infalibles para concentrarme y escribir por horas. Algo más que me resulta: un poco de música pop rock de los ochenta es un buen detonante para mover la inspiración.
Te recomiendo que observes qué cosas te funcionan para concentrarte y que consigan mantenerte pegado/a al ordenador, escribiendo por lo menos unas 1,670 a 2,000 palabras al día.